Hasta el siglo X la notación musical se basaba en ciertos signos denominados NEUMAS, figuras gráficas que expresaban con cierta ambigüedad diversos contenidos, como melódicos, rítmicos y tímbricos. La notación era de campo abierto, es decir, sin línea alguna que indicara una relación tonal absoluta. Hacia el siglo XI los copistas empezaron a añadir una línea horizontal marcada ya con grafito o con tinta roja, indicando la nota principal o tónica de la melodía.
En el año 1025 el monje benedictino Guido D'Arezzo tomó el himno latino a San Juan Bautista y lo convirtió en un acróstico silábico:
Ut - queant laxis
Re - sonare fibris
Mi - ra gestorum
Fa - muli tuorum
Sol - ve polluti
La - bii reatum
("Para que tus siervos puedan exaltar a plenos pulmones las maravillas de tus milagros perdona la falta de labios impuros")
Asignó luego, a cada nota musical, la primera sílaba de cada verso y ubicó las notas dentro de un patrón de cuatro líneas (TETRAGRAMA).
Como es sabido a esto les faltan cosas según la forma moderna conocida de escribir música...tiene una nota menos (el SI) y una línea menos en el plano de escritura.
Con respecto al SI señalemos que en esas épocas oscuras la séptima nota era considerada la NOTA DEL DIABLO, y era cuidadosamente evitada. Recién en el siglo XVI la notación musical llegó a la disposición definitiva gracias a tres innovaciones:
- Se desestimó la amenaza de Satán y se agregó la séptima nota. Para nombrarla
se tomaron las iniciales del santo a quien iba dirigido el himno(Sancte Iohannes: SI) - Para facilitar el solfeo, se reemplazó la nota UT por la más cantabile DO (tomada de Dominus, señor). Otra versión indica que fue Giovan Battista Doni quien la reemplazo en el 1600 por la primera sílaba de su apellido
- Se añadió una quinta línea al plano de escritura musical alcanzando así su forma actual: el PENTAGRAMA
Las siete notas del zapatero italiano
Cuenta la leyenda que un viejo calzolaio (zapatero) italiano, apellidado Re (Rey) recibió la visita de un cliente con un zapato para reparar, que le dijo "Do Re, mi fa suola" o sea "Don Rey,¿me hace una suela?" y el viejo zapatero replicó "SÍ".
Las siete notas del baladista portorriqueño
931 años después de que Guido D'Arezzo desarrollara su escala musical, el compositor Lorenzo "Chago" Alvarado volvía a la carga con otro acróstico musical. En esta oportunidad el músico borincano basó su retintín no sobre un himno litúrgico, sino sobre un bolero romántico:"SIETE NOTAS DE AMOR"
DOquiera que tú vayas
SI te acuerdas tú de mí
LA pena que te invade
SOL se ha de convertir
FAtalidad ya no existe
MI recuerdo será
REsplandor en tus noches
DOquiera que tú vas
FUENTE: Los juegos de Mastropiero. Carlos Núñez Cortés
Un libro para leer sí o sí.